

Expresiones Coloquiales
¿Qué deseas, mi reina?: El título máximo de la realeza se impone a la hora de ofrecer un servicio. Es menos común en las damas pronunciar: “Dígame, mi rey”, pero tampoco es tan inusual. Le siguen en popularidad: “Mi princesa, mi príncipe”, según el caso.
¿Qué pasa en el cielo que los ángeles están en la tierra?: Se les decía a las damas de antaño para halagarlas, sin embargo hay más de un clásico que, a pesar de estos tiempos de reggaeton, todavía la usa.
Anda a llorar pa’l valle: Según Francisco Javier Pérez, esta frase se usaba a finales del siglo 19 cuando ya no se creía en las “lágrimas” del sujeto al que se le decía.
“El valor cultural de la fraseología venezolana radica en que es un instrumento creativo de comunicación coloquial”.
HISTORIA
El arte popular en Venezuela ha sido influenciado por diversas culturas. Entre ellas: la cultura autóctona de los aborígenes; la cultura africana, que trajeron los negros esclavos y la española, aportada por los conquistadores. Con todas ellas se conformó la cultura venezolana o el folklore venezolano.
Dado que Venezuela forma parte de la comunidad mundial, hoy en día se puede observar la influencia de otras culturas como la francesa, inglesa y alemana que en algunos casos han contribuido al deterioro de nuestro arte y nuestra cultura autóctona.
Una manifestación folklórica relevante se expresa a través de la tradición oral, llamada así porque es transmitida por vía oral de una generación a otra. Comprende mitos, cuentos, leyendas, fábulas, dichos y adivinanzas (narrativa). Cuando no existía la televisión, tradicionalmente, después de la cena, se reunía toda la familia en el patio de la casa a escuchar cuentos, mitos y leyendas a la luz de la luna, que usualmente contaban los abuelos.
Las comunidades indígenas son ricas en mitos y leyendas, muchas de ellas han sido plasmadas en textos relacionados con el área de lengua. Vale la pena leer y compartirlas con amigos y compañeros, de esta manera se contribuye al rescate de una tradición. La televisión, a pesar de ser un medio idóneo para la difusión de tradiciones, lamentablemente no ha contribuido para evitar que desaparezca.
